No siempre la sonrisa en la cara, ni la joya en el corazón, ni el beso en los labios...
A veces, la lágrima en la mejilla, la sombra sobre el alma y el morro seco.
Las palabras son ruidos y la caricia es inexistente.
¿Porque?
Los que no están no sienten nada de esto, la existencia desgarra cuando no recibimos lo que ofrecemos y estamos sobre la punta de un iceberg que empieza a deshacerse.
Pero se sigue la inercia de la vida, se quiere a los que no estan y ante la expresión rota, se mira al mar que deslumbra, nos llenamos de luz y enseñamos los dientes al cielo.
La verdad, es que estar vivo es lo mejor que nos puede pasar.
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