Tuve que correr,
cuando la vida dijo: "ve"
No hubo manera de pararme.
Correr que fue volar
Beber de un solo trago todo el mar
Y no sació mi sed el agua.
Tomé el sendero sin saber
que me alejaba para no volver.
Dulce como miel
probar el roce de su piel.
Ella en el suelo, yo en el aire
Dulce pero cruel
llenó mi mundo de papel.
Jamás pensé que llegaría a helarme,
Que perdería el calor
y con el tiempo la razón.
En el camino tropecé
con esa piedra desde la que arranqué...
Tomé el sendero sin saber
que me alejaba para no volver.
En el camino encontré
lo que jamás pensé tener.
Tuve que correr
cuando en el viento pude oir
que igual que vine habría de marcharme.
Antonio, ahora tu alma es libre y ya puedes volar. Cantale bajito a mi tia Nuri: "Nadie más afortunado
que quien se ha rendido a tu amistad, Y al murmullo de tus manos que siempre he de mimar."
Has sido, eres y serás un grande.