Planté tomateras en mi balcón, por provar... y ¡me dieron tomates! ¡A la primera!
Los primeros tomates de mi propio huerto, sin conservantes, colorantes o pesticidas. Por cierto, cuidado a los que lo probéis porque ¡hay tomates suicidas! Uno de ellos se tiró balcón abajo y quedó tristemente desaprovechado ¡hay! quiero decir espachurrado en la calle.
¡Los otros dos estaban buenísimos!
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